Llego tarde al curro. Compruebo si mi jefe me ha buscado, si me ha enviado algún mail, y si hay suerte no hay ni rastro de mensajes. Mis compañeros bajan a tomarse el café de rigor de la mañana (ellos ya llevan currando cerca de 2 horas). Me uno a ellos. En el ascensor me miran y me dicen: "Qué..., hubo fiesta ayer, ¿no?".
Ellos no han venido nunca, pero son mis confidentes "el día después", y les agradezco un montón que escuchen atentos mis rollos, mientras intento transmitirles todo lo que pasó ayer.
Hoy tengo más o menos esta cara. La pena es no estar con mi tribu |
Me pongo a trabajar. Descanso para comer. Platazo de hidratos, y otro café al cuerpo. Quedan 4 horas por delante. Los ojos cada vez pesan más. La cabeza más abotargada. Y a partir de las 16h mis miradas rápidas al reloj del ordenador son más frecuentes.
Finalmente a las 18h, si hay suerte a las 17'30h, recojo las cosas, cojo la moto y me voy al fin a mi casa, donde mis gatetes y el sofá me estarán esperando.
Y acabo el día con algún capítulo de Doctor en Alaska, o Doctor Who (la cosa va de doctores), que a duras penas puedo acabar de ver porque los ojos cada vez escuecen más y se me cierran involuntariamente.
Mañana será un día más, pero hoy no, hoy es el día que me permito regocijarme en mi felicidad.
Muchas gracias :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario